¿Qué tienen en común Woody Allen y la Psicología? No cabe duda: la ciudad. La ciudad como condición de posibilidad para el desarrollo del cine a lo largo de los últimos cien años, y muy especialmente para el desarrollo de la obra cinematográfica de Woody Allen. La ciudad como condición de posibilidad para el desarrollo de las "ciencias" humanas a lo largo de los últimos cien años, y muy especialmente para el desarrollo de la llamada "ciencia" psicológica. La ciudad como escenario históricamente novedoso en donde tejer nuevos tipos de relaciones con los otros de cuyos azares brotan amores y humores que no se podían imaginar en las sociedades cerradas rurales. Sin ciudad no habría cine ni Woody Allen, -al menos tal y como lo entendemos-, y sin ciudad no habría psiquismo ni Freud, -al menos tal y como lo entendemos-. Gracias a la ciudad tenemos a Allen y al psicoanálisis, y quizá el cine y el psiquismo se parezcan entre sí más de lo que nos gustaría reconocer.
¿Qué otra institución es intrínsecamente urbana? La Universidad, claro. Así que la organización del II Curso de Extensión Universitaria "Woody Allen, cine y psicología" por parte de la Universidad de Oviedo, -la única ciudad del mundo que tiene una estatua del cineasta-, parece casi una perogrullada, una tautología inevitable. Una de las escasas necesidades a las que la ciudad, -el reino de lo contingente y lo probabilístico-, obliga.